Bendice, alma mía, al Señor, no olvides ninguno de sus beneficios1
En la Sagrada Escritura Dios nos invita con frecuencia a recordar, porque sabe que vivimos habitualmente en el olvido. Por eso al final de cada año se nos recomienda hacer memoria de los dones que Dios ha prodigado en nuestras almas, en nuestras comunidades y en nuestro Instituto.
El agradecimiento es un modo de oración muy grato al Señor, que anticipa de alguna manera la alabanza que le daremos por siempre en la eternidad.
“Es un deber nuestro, además de una necesidad del corazón, alabar y dar gracias a Aquel que, siendo eterno, nos acompaña en el tiempo sin abandonarnos nunca y que siempre vela por la humanidad con la fidelidad de su amor misericordioso”2.
“Cada una de las horas del tiempo humano es en cierto sentido la última, porque es siempre única e irrepetible. Con cada hora pasa una partícula de nuestra vida, una partícula que no volverá más, Y cada una de estas partículas –aunque no siempre nos damos cuenta de ello– nos proyecta hacia la eternidad… Son éstos los momentos a propósito para una meditación profunda sobre nosotros mismos y sobre el mundo; los momentos para ‘el momento de la verdad’ con nosotros mismos y con la generación a la que pertenecemos. Este es el tiempo propicio para una oración dirigida a obtener el perdón una oración de agradecimiento y de súplica”3.
Agradecer es una forma de expresar la fe, pues reconocemos a Dios como fuente de todos los bienes; es una manifestación de esperanza, pues afirmamos que en Él están todos los bienes; y lleva al amor4 y a la humildad, pues nos reconocemos pobres y necesitados. San Pablo exhortaba encarecidamente a los primeros cristianos a que fueran agradecidos: Dad gracias a Dios, porque esto es lo que quiere Dios que hagáis en Jesucristo5, y a los Colosenses les recuerda, ese mismo deber y sed agradecidos6.
“‘Todo acontecimiento y toda necesidad pueden convertirse en ofrenda de acción de gracias’ (CEC n. 2638). La oración de acción de gracias comienza siempre desde aquí: del reconocerse precedidos por la gracia. Hemos sido pensados antes de que aprendiéramos a pensar; hemos sido amados antes de que aprendiéramos a amar; hemos sido deseados antes de que en nuestro corazón surgiera un deseo. Si miramos la vida así, entonces el ‘gracias’ se convierte en el motivo conductor de nuestras jornadas”7.
El Señor nos enseñó a ser agradecidos hasta por los favores más pequeños: Ni un vaso de agua que deis en mi nombre quedará sin su recompensa8.
A lo largo de toda la Escritura, vemos los innumerables bienes que Dios nos concede en Cristo. Todos fluyen de su gracia. Y todos corresponden al propósito eterno de Dios de bendecirnos con toda bendición espiritual en los cielos9.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?10 No con sacrificios ni con holocaustos…, sino con toda mi vida. Por eso, dice: Alzaré el cáliz de la salvación11, llamando cáliz al sufrimiento en la lucha espiritual, al resistir al pecado hasta la muerte.
Deseo invitarlas a todas a realizar esta hermosa práctica en nuestras comunidades y cada una de modo personal, para que crezcamos en el amor a Dios que tanto trabaja por nosotros y en la humildad al reconocer que toda dádiva nos viene de lo alto12.
Una enumeración minuciosa de las bendiciones que recibimos de Dios desbordaría los límites de esta carta, por lo que sólo mencionaremos algunas de las más sobresalientes. Se desea provocar en cada una de nosotras una respuesta de gratitud y alabanza a Dios.
- DEMOS GRACIAS A DIOS POR EL PASO DEL P. BUELA DE ESTA VIDA A LA CASA DEL PADRE
No ha sido un año cualquiera, el 23 de abril, Dios llamó a nuestro Fundador a su presencia. Cuando se sintió mal y lo internaron, no temió ni se amedrentó ante la noticia de la gravedad de su estado, sino que dispuso su alma para presentarse ante el Verbo Encarnado, recibiendo los santos sacramentos para el divino encuentro. Poco antes de morir nuestro Fundador, Dios que es pródigo en su misericordia, dispuso en Su Providencia que el mismo Santo Padre Francisco le otorgase la bendición apostólica y la indulgencia plenaria.
Después de casi 10 años en los que, el Padre, se encontraba prácticamente aislado y distanciado del Instituto, ha comenzado para nuestra Familia Religiosa una nueva etapa en la que nos toca ser fieles al rico patrimonio heredado de nuestro Fundador, que abarca la espiritualidad, el carisma y las tradiciones, notas características y específicas del Instituto para seguir más de cerca a Jesucristo.
“Las diversas formas de vivir los consejos evangélicos son, en efecto, expresión y fruto de los dones espirituales recibidos por fundadores y fundadoras y, en cuanto tales, constituyen una experiencia del Espíritu, transmitida a los propios discípulos para ser por ellos vivida, custodiada, profundizada y desarrollada constantemente en sintonía con el Cuerpo de Cristo en crecimiento perenne”13.
Como todos saben y es de público conocimiento numerosas hermanas quisieron participar de los funerales del Padre que se tuvieron tanto en Génova (Italia) como en San Rafael (Argentina). Asistieron todos los que quisieron y pudieron concurrir sin ser convocados.
Esto nos dio ocasión de estar juntos por algún tiempo, sobre todo en Argentina, donde por prolongarse la espera de la llegada del cuerpo a San Rafael muchas hermanas se quedaron esperando varias semanas hasta su arribo.
De lo que han contado muchas de ellas fue un tiempo muy fructífero. Donde se vivió un hermoso clima de caridad, de unidad, de alegría, de reforzarse en el carisma.
Damos gracias a Dios por los 82 años de vida que concedió al P. Buela, por los 51 años de sacerdocio y 39 de fundador, por el legado espiritual que nos deja en sus escritos y en las obras que emprendió, esparcidas en los cinco continentes.
- DAMOS GRACIAS POR EL DON DE LAS VOCACIONES
Dios de modo generoso y, sin que lo merezcamos, nos sigue bendiciendo con vocaciones que desean consagrarse en nuestro Instituto para servir a la Iglesia.
Es oportuno aquí recordar lo que dice nuestro Directorio de Espiritualidad sobre el trabajo que debemos realizar por las vocaciones: “No sólo mediante la acción pastoral –una pastoral entusiasta– se realiza esta tarea de descubrimiento y conducción de las vocaciones. Es esencial, ante todo, la oración: Rogad al dueño de la mies que mande obreros a su mies (Mt 9,38) … Y unida a ella, el ejemplo y el testimonio de vida… pues ‘los religiosos y sacerdotes que viven serenamente día a día su vocación, fieles a los compromisos adquiridos, constructores humildes y escondidos del Reino de Dios, de cuyas palabras, comportamiento y vida irradia el gozo luminoso de la opción que hicieron… son precisamente… los que con su ejemplo aguijonearán a muchos a acoger en su corazón el carisma de la vocación’”14.
“Todos en la Iglesia hemos recibido una vocación. La atención a la misma no debe limitarse a la esfera personal, sino a contribuir también al desarrollo de otras vocaciones. Las diferentes vocaciones son entre sí complementarias y todas convergen en la única misión”15.
Agradecemos a Dios por las misiones y nuestras hermanas misioneras
El llamado a la misión es parte esencial de nuestra espiritualidad y carisma por eso decimos que queremos ser “como una nueva Encarnación del Verbo, siendo esencialmente misioneros y marianos”16.
La misión es un don de Dios a los pueblos, y ser parte de este don como misioneros es una gracia. Por eso damos gracias a Dios, por el espíritu misionero con que hermanas nuestras, apostólicas y contemplativas, se ofrecen generosamente, con gran desprendimiento y entusiasmo, a diferentes partes del mundo a lugares donde nadie quiere ir.
Somos conscientes de que “la misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola!”17 Continuemos con este fervor y entusiasmo por llevar a Cristo a todos los hombres y poder así cumplir con el mandato de Cristo: id por todo el mundo y predicad el Evangelio18.
“Para no ser esquivos a la aventura misionera… sigamos navegando mar adentro! Para realizar obras grandes, extraordinarias”19, confiadas y apoyadas en la fuerza del Espíritu Santo, alma y principal protagonista de la misión que, así como un día descendió sobre los discípulos y los transformó “de manera maravillosa, de modo que ni el miedo, ni la debilidad, ni las fronteras materiales, (podían) impedir la acción del Espíritu Santo”20, así también obra hoy a través nuestro, si somos dóciles a sus mociones.
Damos gracias a Dios por los 35 años de nuestro Instituto
Hemos elevado a Dios la acción de gracias por los 35 años de fundación de nuestro Instituto. Don que Él ha querido suscitar en su Iglesia y que el Espíritu Santo guía y hace florecer en vocaciones y misiones en todo el mundo.
Es una oportunidad para expresar nuestra gratitud a Dios por el don del carisma recibido, para renovar con entusiasmo el don de la vocación, el compromiso y fervor misionero, y al mismo tiempo es un estímulo a dar un gozoso testimonio de vida consagrada ejemplar.
No se puede amar lo que no se conoce, por eso ésta es una ocasión para conocer mejor nuestro origen, nuestra historia, los designios de Dios que nos guiaron en estos años, y para renovar nuestro amor al Instituto, en el cual nos ha llamado Dios para dar frutos de santidad.
Damos gracias a Dios por tener siempre motivos para festejar
“La fiesta es esencialmente una manifestación de riqueza, no precisamente de dinero, sino de riqueza existencial”21. Como no dar gracias a Dios por nuestras numerosas fiestas, porque como dice nuestro Directorio de Espiritualidad, “vamos de fiesta en fiesta hacia la Fiesta.”22.
“La alegría es la respuesta de un amante a quien ha caído en suerte aquello que ama”23. Es muy hermoso tener frecuentemente verdaderos motivos de que alegrarse para festejar como corresponde, como lo son las celebraciones litúrgicas y propias de la Familia Religiosa, las grandes fiestas de las ordenaciones sacerdotales, votos perpetuos, tomas de hábito. Siempre comprobamos como la alegría espiritual que Dios nos da comienza en la solemne celebración de la Santa Misa y continúa en los festejos con sus tradicionales fogones llenos de cantos, bailes, divagues…
Es algo muy palpable como esta alegría se extiende a todos los participantes de las fiestas, como si fuese el fuego, el fuego de la caridad, porque la verdadera alegría solo nace del amor a Dios, es decir de la verdadera caridad. “Ubi caritas gaudet, ibi est festivitas, donde se alegra el amor, allí hay fiesta”24.
- AGRADECEMOS EL EJEMPLO HEROICO DE ALGUNAS HERMANAS NUESTRAS
Quiero agradecer a Dios y a las hermanas que se encuentran en países de guerra, especialmente las hermanas que están en la Franja de Gaza (Palestina) que se han mantenido ayudando a los cristianos durante todo este tiempo. A las hermanas ucranianas que en medio del flagelo de la guerra que azota a Ucrania desde hace casi dos años, siguen, con mucha fortaleza, atendiendo las distintas obras y dando esperanza a la gente.
También, damos gracias a Dios por las frecuentes llamadas telefónicas que el Papa Francisco ha realizado a la Parroquia “Sagrada Familia” y a las hermanas de la comunidad en Gaza, haciéndonos de este modo palpar la cercanía espiritual del Vicario de Cristo en estos momentos de dolor y sufrimiento en la tierra de Jesús.
Decía el Papa Benedicto XVI, “hay demasiada violencia, demasiada injusticia y, por tanto, sólo se puede superar esta situación contraponiendo un plus de amor, un plus de bondad. Este ‘plus’ viene de Dios…, responder al mal con el bien (cf. Rm 12, 17-21), rompiendo de este modo la cadena de la injusticia… Esta es la novedad del Evangelio, que cambia el mundo sin hacer ruido. Este es el heroísmo de los ‘pequeños’, que creen en el amor de Dios y lo difunden incluso a costa de su vida”25.
“La paz es un bien que se promueve con el bien… es un bien que se ha de custodiar y fomentar mediante iniciativas y obras buenas… El único modo para salir del círculo vicioso del mal por el mal es seguir la exhortación del Apóstol: No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien (Rm 12, 21)”26.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios27. Que la Reina de la Paz, María Santísima, continue protegiéndolas con su manto, fortaleciéndolas para que sean luz en medio de las tinieblas, prodigas en caridad y esperanza en medio del dolor y sufrimiento, que sean bálsamo de Dios para todas las personas que socorran en medio de la tragedia de la guerra. Confortadas por las promesas de Jesús que les dice: No tengáis miedo28… yo estaré con vosotros todos los días29.
- AGRADECEMOS A DIOS POR EL DON QUE NOS HIZO EN LA HNA. MARÍA DEL SANTO NIÑO
Este año, Dios llamó a una Servidora más a la Casa del Padre. La Hna. María del Santo Niño que desde hacía unos años estaba enferma, murió asistida con todos los auxilios divinos, dejándonos un ejemplo de religiosa fiel hasta el final.
Agradezco a todas las hermanas que la atendieron con muchísima caridad, especialmente a la Hna. Maria Mater Boni Remedii, médico, a quien se le pidió que viajara desde lejos para poder asistirla en sus últimos días.
- AGRADECEMOS A DIOS POR LAS PIEZAS CLAVES DE NUESTRO INSTITUTO
Dicen nuestras Constituciones: “Ellas –las enfermas y ancianas– junto con los miembros de las ramas contemplativas, y las que se dedican a las obras de misericordia son las piezas claves del empeño apostólico de nuestro Instituto”30.
Nuestras hermanas enfermas
Dios os ha dado la gracia… de padecer por Cristo31. “La Cruz es el único camino de la vida, la señal de los predestinados, el cetro del reino de santidad, ‘… es la fuente de toda bendición, el origen de toda gracia…’”32.
La “redención, aunque realizada plenamente con el sufrimiento de Cristo, vive y se desarrolla …como cuerpo de Cristo, o sea la Iglesia, y en esta dimensión cada sufrimiento humano, en virtud de la unión en el amor con Cristo, completa el sufrimiento de Cristo. Lo completa como la Iglesia completa la obra redentora de Cristo”33.
“Por eso los grandes benefactores de nuestros Institutos son sus miembros enfermos, a quienes debemos considerar miembros de privilegio, por quienes debemos estar dispuestos a vender los cálices”34.
Como Servidoras, que hemos sido desposadas con Cristo bajo el signo de la cruz, Dios nos pide no solo oraciones sino también sufrimientos que debemos llevar como el mismo Jesucristo lo hizo en bien de tantas personas que aún no conocen a Dios.
Damos gracias a Dios por los numerosos ejemplos de hermanas nuestras enfermas que llevan con alegría enfermedades graves y dolorosas. Son testigos de que Dios concede la gracia enorme de la alegría de la cruz que, según nuestro Derecho Propio, debemos pedir: “De manera especial hay que pedir la gracia de la ciencia de la cruz y de la alegría de la cruz, que sólo se alcanzan en la escuela de Jesucristo”35.
Por el trabajo silencioso y escondido de tantas hermanas
Damos gracias a Dios por tantas hermanas que se entregan en el sacrificio cotidiano de modo silencioso y escondido en nuestras comunidades sobre todo en las obras de misericordia, en los monasterios y en las misiones emblemáticas. Muchas de ellas llevan adelante la obra de Dios en situaciones difíciles, con condiciones adversas por lo inhóspito del lugar, o por ser países no cristianos, o con culturas paganas, etc.
Mediante la oblación silenciosa que realizan en la atención a los más necesitados, o en las misiones más lejanas y difíciles, o en la clausura de los monasterios, todas contribuyen de modo inminente y fecundo a la obra apostólica del Instituto en favor de la evangelización de los pueblos.
Nuestras Constituciones dicen que “se es misionero ante todo por lo que se es… antes de serlo por lo que se dice o se hace”36. Por esto quiero hacerles llegar mi gratitud por la valiosa aportación que prestan al progreso y difusión del reino de Dios y a la salvación de las almas, siendo “constructores humildes y escondidos del Reino de Dios”37.
Como decía San Luis Orione: “Coraje, oh hijos míos, pues el futuro es de Cristo y de quien vive de fe, de fe operante en la verdad, en la caridad, hasta morir, hasta el holocausto, para la salvación de los hermanos”38.
- DAMOS GRACIAS A DIOS POR NUESTROS BIENHECHORES ESPIRITUALES Y MATERIALES
Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro no perderá su recompensa39.
Dios Padre, por su inmensa Bondad y Divina Providencia, suscita personas que sostienen a nuestros religiosos con sus oraciones y/o que colaboran para solventar las necesidades materiales de las misiones. Con su aporte material o espiritual contribuyen a la labor de evangelización para que podamos cumplir con el mandato misionero de Nuestro Señor Jesucristo id por todo el mundo y predicad el evangelio40. Muchos lo realizan, de un modo humilde y discreto, pero no por ello menos importante y significativo, por eso quiero agradecer de manera especial y particular a todos nuestros benefactores espirituales y materiales por todo lo que hacen por sostener y hacer crecer espiritualmente y materialmente nuestras misiones y misioneros.
Por los sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado
Agradecemos profundamente a los sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado, que de modo tan abnegado y generoso nos asisten en todas nuestras obras. Ellos son nuestros primeros y más grandes bienhechores.
Somos conscientes del gran don que Dios nos hace en los sacerdotes, a través de su ministerio, el Señor sigue salvando a los hombres, continúa haciéndose presente, y obrando nuestra santificación. El sacerdote es el don más preciado que Dios hace a su Iglesia y al mundo. Por eso, elevamos nuestras súplicas a María Santísima para que Ella, como lo hizo con Jesús, modele sus corazones y sean así cada vez más pastores según el corazón de Dios.
Por tantas personas que rezan por nosotras
Un sincero agradecimiento a cada uno de nuestros bienhechores espirituales, que rezan por nosotras y se unen a nuestras oraciones.
S. Juan Pablo II, decía: “Entre las formas de participación, el primer lugar corresponde a la cooperación espiritual: oración, sacrificios, testimonio de vida cristiana. La oración debe acompañar el camino de los misioneros para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por medio de la gracia divina”41. De este modo todos quienes rezan no sólo sostienen nuestras misiones y misioneros, sino que viven concretamente el compromiso apostólico al que está llamado todo cristiano por el bautismo. Podemos verdaderamente dar testimonio de que se percibe la fuerza de la oración, la oración eficaz del justo puede mucho42.
Por las madres de las 40 horas
Entre estos bienhechores espirituales queremos agradecer a Dios por las mamás de las 40 horas, que de manera encomiable llevan adelante este apostolado que tantas gracias atrae para las Servidoras, en número y perseverancia de las vocaciones.
Las vocaciones nacen de la iniciativa de Dios, por lo tanto, es a Él que nos debemos dirigir para pedir por el aumento y santificación de las vocaciones, tal como Él mismo nos enseñó: rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies43. “Este es el primero e insustituible servicio que podemos ofrecer a la gran causa de las vocaciones… orar, orar mucho, orar continuamente por esta intención que afecta de una manera muy vital a los intereses del Reino de Dios”44.
Por tantísimas personas que nos ayudan materialmente
Son numerosas las ayudas que recibimos de personas que sostienen a las Servidoras con dinero, comida, salud, etc. Materializan para nosotras la mano providente de Dios.
Que Dios recompense la benevolencia de todos los que sostienen nuestras obras, haciendo posible que podamos llegar hasta los lugares más recónditos para llevar a Cristo. Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor, Dios pagará esas buenas acciones45.
Por nuestro primer benefactor material
El día 19 de diciembre pasado falleció a los 94 años, el Dr. Luis Cerioni, gran benefactor de nuestro Instituto y parte de nuestra historia. Él fue un instrumento de la Providencia en nuestra naciente familia, ya que el 10 de enero de 1988 se comenzó a rezar una treintena a San José para conseguir una casa para nuestra fundación. A los pocos días, el 22 de enero, Mons. Kruk nos comunicó que había sido donada una casa por un amigo suyo oriundo de San Rafael: la finca del Doctor Cerioni, ubicada en la calle Los Tamarindos 860 (hoy calle Represa) entre las calles Rawson y Adolfo Calle.
Ésta fue la casa paterna del Doctor y en los designios de Dios nuestra primera casa religiosa, la cual se puso bajo el nombre y custodia de San José. Es de destacar que mientras el Sr. Cerioni ejerció la medicina atendió de forma gratuita a las Servidoras.
Le encomendamos su alma a Dios y al Santo Patriarca, quien seguramente lo tendrá junto a sí, no deja de ser providencial el que haya partido un día 19.
- DAMOS GRACIAS A DIOS POR LOS VOLUNTARIOS
Agradecemos a Dios porque suscita almas generosas que con su labor de voluntarios apoyan nuestras misiones.
Agradecemos su generosidad, su testimonio de fe y de caridad porque renuncian a parte de su tiempo, a actividades personales para ayudar a los más necesitados.
Que las palabras de S. Juan Pablo II, os animen a continuar con esta inestimable obra de caridad: “La caridad representa la forma más elocuente de evangelización porque, respondiendo a las necesidades corporales, revela a los hombres el amor de Dios, providente y padre, siempre solícito con cada uno… A través del voluntariado, el cristiano se convierte en testigo de esa caridad divina; la anuncia y la hace tangible con intervenciones valientes y proféticas”46.
- DAMOS GRACIAS A DIOS POR LA PRÉDICA DE EJERCICIOS ESPIRITUALES
Agradecemos a Dios y a las hermanas que cada vez con más generosidad organizan y predican ejercicios espirituales. Todos sabemos y hemos visto que estos santos ejercicios son un arma espiritual poderosísima para llevar las almas a Dios, que se obtienen frutos grandísimos en todas las edades, estados y condiciones humanas; y se ven verdaderas reformas de costumbres.
“Esta conciencia clara del valor insustituible de los ejercicios espirituales para la renovación de la vida cristiana enseñando a vencerse a sí mismo y a ordenar la propia vida según Dios, nos debe llevar a conocer en profundidad los mismos, a prestar nuestra colaboración a su organización y realización a ejemplo de María Antonia de la Paz y Figueroa”47.
Así lo recomendaba Pío XI: “De este modo, venerables hermanos, si por todas partes y por todas las clases de la sociedad cristiana se difundieren y diligentemente se practicaren los ejercicios espirituales, seguirá una regeneración espiritual; se fomentará la piedad, se robustecerán las energías religiosas, se extenderá el fructífero ministerio apostólico y, finalmente, reinará la paz en los individuos y en la sociedad”48.
- DAMOS GRACIAS A DIOS POR LAS PUBLICACIONES DE LIBROS
“De manera especial, nos dedicaremos al anuncio de la palabra de Dios más tajante que espada de dos filos (Heb 4, 12) en todas sus formas… En la publicación de revistas, tratados, libros, etc., y en otras cosas. Por el verbo oral y escrito queremos prolongar al Verbo”49.
“Ya que lo escrito permanece y se propaga más, se pondrá un singular énfasis en la difusión del Evangelio mediante artículos en revistas de investigación o de divulgación, monografías, libros y demás niveles de publicación”50.
Por eso queremos agradecer a Dios y a las hermanas que han realizado este apostolado tan importante, pudiendo así publicar este año: Revista “Cuadros de la Virgen de Luján”; Revista “Recuerdos de Rege, O Maria”; “San José y las Servidoras III”; “Las glicinas y los elementos no negociables”, escrito por la Hna. Maria da Expectação de Moares Gomes; “Las horas de la Pasión”, Comunidad del 3° año del Estudiantado Internacional “Santa Teresa de Jesús”; “Vida fraterna en el amor”, del P. Carlos Miguel Buela; “Vivir en su seno”, de la Hna. María de los Dolores Pérez; “Mi Convento fue el bosque, vida de María Fix”, biografía escrita por la Hna. María José Carvajal Lobos; “Os ha nacido un Salvador” y “Jesús es la Navidad” ambos pertenecientes a la Colección de representaciones teatrales de la Navidad, escritas por la Hna. María de las Virtudes Maggi; “Venerable Andrés Manjón, publicaciones en periódicos de su época”, selección de artículos hecha por la Hna. Maria Mediatrix Gratiae Quiroga Ibáñez.
- DAMOS GRACIAS A DIOS POR PROFUNDIZAR EN LA VIDA Y MAGISTERIO DE SAN JUAN PABLO II
Durante este año se pudo realizar un curso en Polonia, sobre la vida y doctrina de S. Juan Pablo II, padre de nuestra Familia Religiosa. Esta es una gracia muy singular y especial para nosotros, ya que dicen nuestras Constituciones: “Queremos formar a los miembros del Instituto en una gran madurez humana y cristiana para que alcancen la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef 4, 13)”, luego de enumerar los campos de la formación, concluye: “Para esto no hay nada mejor que las enseñanzas de Juan Pablo II, que hacemos nuestras”51.
Agradecemos a Dios por habernos permitido realizar este curso, y a todos los que trabajaron en la organización y realización del mismo, a quienes se encargaron de la logística, a quienes dieron las conferencias, a quienes ayudaron económicamente, a quienes participaron, etc., y muy especialmente a la Provincia “Nuestra Señora Puerta de la Aurora” que llevó a cabo la organización.
Como lo expresé al inicio de esta carta, las invito a rememorar los beneficios que Dios nos ha concedido durante este año que finaliza, para despertar en nosotros la alabanza y gratitud ante la magnificencia que Dios tiene para con nuestras almas.
“¡En la última tarde del año que llega a término y ante el umbral del nuevo, ¡alabemos al Señor! Manifestemos a Aquel que es, que era y ha de venir (Ap 1, 8) el arrepentimiento y la petición de perdón por las faltas cometidas, así como el sincero agradecimiento por los innumerables beneficios concedidos por la divina Bondad. En particular, damos gracias por la gracia y la verdad que han venido a nosotros por medio de Jesucristo. En Él se halla la plenitud de todo tiempo humano. En Él se custodia el futuro de cada hombre. En Él se realiza el cumplimiento de las esperanzas de la Iglesia y del mundo”52.
No seamos almas olvidadizas53, sino prontas a valorar y reconocer cada bien que hemos recibido, buscando de corresponder a las gracias recibidas. Así lo expresa Santo Tomás: “el mismo orden natural exige que quien recibe un beneficio se sienta movido a expresar su gratitud al bienhechor mediante la recompensa, según su propia condición y la de aquél”54.
- AGRADECEMOS TAMBIÉN POR LAS HERMANAS QUE DURANTE ESTE AÑO HAN OBTENIDO GRADOS ACADÉMICOS55
A lo largo de este año 14 hermanas del Instituto han finalizado distintos niveles de estudios superiores:
– Maria Templum Divinitatis Araza, obtuvo la Maestría en Educación.
– Maria Sponsa Spiritus Sancti de Lauriano Bernardes se licenció en Filosofía.
– Maria Palácio da Trindade Ribeiro se licenció en Pedagogía.
– Maria Reparadora dos Santos Cunha obtuvo la convalidación de la Licenciatura en Filosofía.
– Madre Maria Virgem da Esperança Braga se licenció en Filosofía.
– Madre Maria Geratriz de Deus Matos Cardoso se licenció en Pedagogía.
– Maria de Sabará Souza dos Santos obtuvo el título de Auxiliar de Enfermería.
– Maria Victoria de la Fe Diaz Seip se licenció en Filosofía.
– María Luz del Alma Gil Heugas se licenció en Teología.
– María de la Pasión de Jesús Espejo obtuvo el Profesorado en Filosofía.
– María de Jesús Resucitado Suárez obtuvo el Profesorado en Ciencias Sagradas.
– Maria Salus Infirmorum Lozano se graduó de Enfermera Profesional.
– Mary Altar of Sacrifice Whitehead obtuvo la Maestría en Liderazgo Educacional.
Entre las hermanas que finalizaron sus estudios cabe destacar especialmente a Maria Nespodivana Radist Grynyk quien obtuvo el doctorado en Filosofía por la Universidad Pontificia Urbaniana en Roma.
Por lo tanto, con el alma llena de gratitud nos disponemos a iniciar un nuevo año de gracia, recordando que el Señor vela sobre nosotros y nos cuida.
Le confiamos nuestro Instituto, cada miembro de nuestra Familia Religiosa, cada misión con sus feligreses, cada obra de misericordia con sus beneficiarios, familiares y amigos, a todos los depositamos en Sus manos. Y le damos gracias por todo cuanto Él, en su infinita bondad, ha dispuesto para este próximo año.
Ponemos en manos de Nuestra Señora de Luján nuestra acción de gracias por todos los beneficios recibidos durante este año que termina e imploramos su protección maternal para el nuevo año que comienza.
Les deseo a todas un ¡Muy feliz y santo año 2024!
María Corredentora Rodriguez
Superiora General
1 Sal 103, 2.
2 BENEDICTO XVI, Homilía, 31 de diciembre de 2005.
3 S. JUAN PABLO II, Homilía, 31 de diciembre de 1979.
4 Cf. SANTO TOMÁS, Suma Teológica, 2-2, q.101, a.3.
5 1 Tes 5, 18.
6 Col 3, 15.
7 FRANCISCO, Audiencia General, 30 de diciembre de 2020.
8 Mt 10,42.
9 Ef 1, 3.
10 Sal 116, 12.
11 Idem, 13.
12 Cf. St 1, 17.
13 Vita Consecrata, 48.
14 Directorio de Espiritualidad, 292.
15 S. JUAN PABLO II, Mensaje para la XXIV Jornada mundial de oración por las vocaciones, 11 de febrero de 1987.
16 Constituciones, 31.
17 Directorio de Misión Ad gentes, 13.
18 Mc 16, 15.
19 Cf. Directorio de Misión Ad gentes, 1.
20 Directorio de Misión Ad gentes, 61.
21 P. CARLOS MIGUEL BUELA, El Señor es mi Pastor, Italia, 2022. 3a parte, Adultez (1976-2005), p. 418.
22 Directorio de Espiritualidad, 211.
23 P. CARLOS MIGUEL BUELA, El Señor es mi Pastor, Italia, 2022. 3a parte, Adultez (1976-2005), p. 420.
24 Idem, p. 421.
25 BENEDICTO XVI, Ángelus 18 de febrero de 2007.
26 S. JUAN PABLO II, Mensaje para XXVIII Jornada de la Paz, 01 de enero de 2005, 1.
27 Mt 5, 9.
28 Mt 10, 26.
29 Mt 28, 20.
30 Constituciones, 194.
31 Flp 1, 29.
32 Directorio de Espiritualidad, 142.
33 S. JUAN PABLO II, Salvifici Doloris, 24.
34 Directorio de Espiritualidad, 170.
35 Directorio de Espiritualidad, 136.
36 Constituciones, 166.
37 Directorio de Espiritualidad, 292.
38 S. LUIS ORIONE, Selección de cartas de Don Orione, Carta 88, Vol. II.
39 Mt 10, 42.
40 Mc 16, 15.
41 S. JUAN PABLO II, Redemptoris missio, 78.
42 St 5, 16.
43 Mt 9, 38.
44 S. JUAN PABLO II, Mensaje para la XXI Jornada mundial de oración por las vocaciones.
45 Prov 19, 17.
46 S. JUAN PABLO II, Mensaje a los voluntarios, 05 de diciembre de 2001.
47 Directorio de Espiritualidad, 105.
48 PÍO XI, Mens nostra, 24.
49 Constituciones, 16.
50 Constituciones, 180.
51 Constituciones, 195.
52 BENEDICTO XVI, Te Deum, 2012.
53 Cf. St 1, 25.
54 Suma Teológica, II-II a, q. 106, a. 3, in c.
55 Los nombres de los títulos académicos y profesionales están citados según la terminología de cada país.