La Cruz de Matará es una cruz tallada en madera por un miembro de la tribu nativa de Matará en la Argentina, evangelizada en el siglo XVI. Los misterios fundamentales de nuestra fe están tallados en la Cruz: la creación, simbolizada por el sol y la luna, el nacimiento de Cristo, simbolizado por la Estrella de Belén, los instrumentos de la Pasión de Cristo y la Crucifixión, la Eucaristía, la Santísima Virgen María representada como una reina española, y las llamas del purgatorio. Es una de las más antiguas cruces que se han encontrado en Argentina y que manifiesta la evangelización del Nuevo Mundo. Esta Cruz ha sido asumida como parte de nuestro hábito religioso, por considerarla un símbolo de la evangelización de la cultura y manifestación de nuestra consagración total a Cristo crucificado. Nuestros Instituto toma su nombre de ella.

Haciendo click en el siguiente link podrá descargar la presentación powerpoint “Sobre la Cruz de Matará y la Servidora ” realizada por una contemplativa del Monasterio “Santa Teresa de los Andes”, de San Rafael – Mza. – Argentina.

Los símbolos de la Cruz de Matará

Cruz de Matará - ServidorasLa parte superior de la madera verticales:

Se pueden observar algunos signos que aparecen como una “A” (# 3) y una “O” (# 4), cuya interpretación significa Alpha (Α) y Omega (Ω) – el principio y el fin de todas las cosas. La “M” uno de los caracteres más visibles, indica la inicial del nombre Matará. Debajo, a continuación, en letras romanas el número 1 y una cruz griega(# 13). En las siguientes líneas las letras mayúsculas “ATA” (# 2), junto con lo que parece ser las letras minúsculas “r” y “a” y otros motivos pequeños que son difíciles de interpretar. Si combinamos todos los caracteres tenemos la palabra “Matará.” También podemos distinguir entre estos caracteres el número 1-5-9 (# 1) y otros signos que no sean identificables, pero podría ser la indicación del año. Podría ser 1594.

Parte Horizontal

Sobre el madero horizontal se destaca la figura del Señor. La figura del cuerpo de Jesucristo está diseñado con características originalmente muy estilizadas. Una corona se apoya en su cabeza y detrás distinguimos la aureola (# 8). Alrededor de la cintura hay una tela que cubre el centro del cuerpo, y los pies vemos que están apoyados sobre un sostén.

Lado izquierdo:

Están representados tres símbolos celestes (o sideral): el sol (# 5), la luna (# 6), y un cometa (# 7). El sol es el principal símbolo de la vida, de luz y de fuerza, que también son características de nuestro Señor, la luna recuerda que Jesucristo murió en la plenitud de la Pascua judía, cuando la luna llena estaba completa, y el cometa nos recuerda la estrella que acompañó a los Reyes Magos hasta Belén.

Lado derecho:

Dos símbolos en relieve: el martillo que se utilizó para perforar las manos de Cristo con los clavos (# 14), y la Eucaristía (# 9) que se representa como un cáliz con dos elementos cruzados (podría ser trigo) y sobre éstos una representación de la hostia de la Última Cena.

Parte Vertical

Alrededor del cuerpo de Jesús, es posible observar los azotes, que son símbolo de la flagelación (# 11), la lanza que perforó el costado (# 17), la escalera que usaron para bajar su cuerpo de la Cruz (# 18) y los largos clavos de la crucifixión (# 15). Debajo aparece la figura de un ave, un gallo (# 10), que recuerda el episodio en que Pedro niega al Señor por tres veces antes de la Crucifixión Redentora. Debajo de esta imagen se pueden ver dos puntos, probablemente sean los dados (# 12) con los que los soldados se echaron a suerte la túnica del Señor.

Luego, se ve una figura femenina con una corona y una aureola que está llevando en la mano un cetro(# 16). Esta imagen representa los rasgos de una reina española, que es sin duda la Virgen María.

Cuatro lenguas de fuego (# 19) brotan de un fuego común y por debajo de este hay una figura con la cara distorsionada de una persona, adornada con plumas, que podría ser el jefe de la tribu de los indígenas. (# 20). Está rezando, rogando, con las manos cruzadas sobre el pecho, lo que indicaría que está implorando la intercesión de María Santísima, a fin de ser liberado del Purgatorio, que está simbolizado por las lenguas de fuego.

Puede encontrarse en la Cruz de Matará una visión altamente unificada, sea en cuanto a la teología y descripción de la Pasión del Señor, como así también una expresión artística notable. El tallado de la Cruz es la manifestación de un autor anónimo que da testimonio de la ardua labor realizada por los misioneros jesuitas en la región del río Salado.

Sin duda, esta Cruz, tenía un propósito catequético. Sirvió y ayudó, en su tiempo a difundir la fe entre todos los pueblos semi-sedentarios indígenas de esa región, a saber, el pueblo de Matará y otros asentamientos indígenas cercanos, que habitaban el primitivo territorio de Santiago del Estero (regiones del Salado y Chaco-santiagueño).

Este retablo que es la cruz de Matará, es como un resumen de la Biblia. Debe ser para aquellas que la llevan sobre su pecho, las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, como era la cruz para San Juan Crisóstomo: «Éste es mi báculo, ésta mi seguridad, éste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro y mi defensa. […] Éste es mi alcázar, ésta es mi roca inconmovible, éste es mi báculo seguro [1].

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[1] San Juan Crisóstomo, Hom. antes de partir para el exilio, 1-3; PG 52, 437-440.

[2] Amalia J. Gramajo de Martínez Moreno – Hugo N. Martínez Moreno, La Cruz de Matará, Ed. Quinto Centernario, Santiago del Estero 1987, 7-8