La actividad de cada comunidad, depende evidentemente del apostolado y finalidad que tenga dicha comunidad. No es lo mismo una casa de formación, que una comunidad que atienda a una parroquia, o las hermanas que asisten en los hogarcitos de niños o ancianos, o las que realizan apostolados con los medios de comunicación o aquellas que cursan estudios superiores.

Pero sabemos que el fundamento de toda actividad apostólica es una intensa vida de oración. Por ello los horarios que se mantienen en cada comunidad, para perseverar en la vida religiosa y dar frutos para la vida eterna son:

  • la Santa Misa
  • 1 hora de Adoración Eucarística
  • el Rezo de la Liturgia de las Horas comunitariamente (Laudes, Vísperas y Completas)
  • rezo de la oración mariana Angelus/Regina Coeli
  • recitación del Santo Rosario
  • tiempo para la Lectura Espiritual
  • tiempo para oraciones personales

Muy importante es la vida comunitaria, las diversas comidas en el día y el tiempo especial dedicado a la recreación en común conocido como “eutrapelia”, en los que debe reinar el espíritu de verdadera familia y alegría.

“La vida religiosa será, pues, tanto más apostólica, cuanto más íntima sea la entrega al Señor Jesús, más fraterna la vida comunitaria y más ardiente el compromiso en la misión específica del Instituto” [1] [2].


[1] Exhortación apostólica postsinodal Vita consecrata, 72.

[2] Directorio de Vida fraterna en común, nº 88.