“…libre y voluntariamente, sólo movida por el amor, hacemos ofrenda de todos nuestros bienes y de nosotros mismos a María,y por Ella a Jesucristo”
Constituciones, 83
A lo largo de este año nuestra Familia Religiosa ha estado haciendo varias peregrinaciones y procesiones marianas alrededor del mundo, como una especial expresión de nuestro cuarto voto de esclavitud a María Santísima. Consagración que a lo largo de la Historia de la Iglesia, han hecho muchísimas almas, y que se trata de una ofrenda del amor y respeto a nuestra Madre Celestial. En el corazón de esta consagración está el deseo de imitarla, ya que imitar a la Virgen es el mejor modo de seguir e imitar al Verbo Encarnado. Ella ha encontrado gracia delante de Dios (Lc 1, 30) y se mantiene llena de gracia, lo cual nos tiene que llevar a reflexionar en la profundidad de su Fiat. Nuestro Directorio de Espiritualidad nos dice que su consentimiento “…nos muestra que no fue “un mero instrumento pasivo, sino cooperadora a la salvación humana por libre fe y obediencia” (Directorio de Espiritualidad, 18).
Las peregrinaciones cristianas son conocidas por estar muchas veces imbuidas de manifestaciones de alegría. Porque esta es la expresión más grande de nuestra fe, ya que hemos de ser testigos del amor y de la alegría de la Resurrección de Jesucristo. De este modo, sus hijos de la Familia Religiosa del Verbo Encarnado, la han visitado con gran alegría en más de 10 países en este mes de octubre. Desde distintos países como Ucrania, Argentina, Italia, Líbano, México, Ecuador y Estados Unidos se celebra a la Santa Madre de Dios con estas peregrinaciones y manifestaciones de amor a Ella.
En Georgetown, Guyana, cuatro hermanos del Instituto del Verbo Encarnado se han consagrado a María por medio del método del “Verdadero Tratado de la Devoción a María” de San Luis María Grignon de Montfort.
Durante el festejo de nuestra Señora del Cisne en Ecuador, en la solemne celebración de la Santa Misa, los novicios del IVE pudieron consagrarse a María. Recemos para que ellos puedan crecer en amor filial hacia nuestra Santa Madre.
En Luján, Argentina, el pasado 7 de octubre, día de Nuestra Señora del Rosario, nuestra Familia Religiosa en pleno: Sacerdotes, hermanos, seminaristas y novicios, seminaristas menores, religiosas profesas, novicias, postulantes y aspirantes junto a un numeroso grupo de miembros de nuestra Tercera Orden, visitaron a la Patrona y Reina del Instituto en su santuario a orillas del río en el que la Virgen quiso quedarse. El día comenzó con una procesión con la imagen de Luján a través de las calles de la ciudad, mientras entre cantos y oraciones se acercaban a la Basílica de nuestra Señora. Al llegar al santuario, se celebró la Santa Misa. Culminó este encuentro con un almuerzo al aire libre, acompañado con un fogón y canto a nuestra Madre.
Las novicias y postulantes de la provincia de Estados Unidos también participaron en una peregrinación durante el mes del rosario. Caminaron de pie hacia la iglesia histórica de Nuestra Señora del Santísimo Rosario en Rosaryville, Maryland.
Las hermanas apostólicas de la misma provincia, en sus distintas misiones, visitaron el Santuario de Nuestra Señora de Czestochowa en Pennsylvania, el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington DC y a nuestra Señora de Izamal en Yucatán, México.
Nuestras Hermanas en el rito bizantino, en Ucrania, se unieron a estas alabanzas a nuestra Madre visitando en peregrinación la Basílica de la Madre de Dios en Zarvantysia, Ucrania.
En Chile la Familia Religiosa, junto a muchos hombres y mujeres de nuestros hogares, pudieron compartir y visitar varias imágenes de la Inmaculada Concepción alrededor de la ciudad. El día consistió en ir rezando el santo rosario a lo largo de todo el camino, dando el lugar principal a la celebración de la Santa Eucaristía.
Por todo esto, ya concluyendo este mes del Santo Rosario, pedimos la gracia de ser hijos siempre fieles de nuestra Santísima Madre, renovando con gran ánimo y fervor el propósito de imitarla en todas las cosas.
Encomendamos nuestras misiones, vocaciones y nuestras vidas en las manos de la Purísima e Inmaculada Madre de Dios.
“Todo fiel esclavo de Jesús en María debe… desear vivir siempre por Jesús y por María, con Jesús y con María, en Jesús y en María, para Jesús y para María”. (Constituciones, 89)