“No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor.”
(Lc. 2, 10-11)
De este mismo gozo participa la Iglesia, inundada hoy por la luz del Hijo de Dios: las tinieblas jamás podrán apagarla. Es la gloria del Verbo eterno, que por amor se ha hecho uno de nosotros.
(San Juan Pablo II)
Con mis oraciones y mis mejores deseos de una Feliz y Santa Navidad,
M. María Corredentora Rodriguez
Superiora General