Muy querida Familia Religiosa:
El domingo 26 de enero, la novicia María Upendo wa Kristu (María del amor de Cristo) recibió el santo hábito. ¡Gran fiesta parroquial! Y cuando decimos ‘fiesta’, aquí se toma en serio. Se notó la participación de todos los fieles quienes ayudaron a dar realce a la liturgia, ya sea ayudando en la ornamentación del altar, con los cantos, las flores, o el guión… Estaban admirados de ver por primera vez tan hermosa ceremonia.
Es de destacar la ayuda prestada por la familia de María Upendo wa Kristu, que a pesar de la distancia que nos separa de su aldea, comenzaron los viajes el día anterior en una alegre caravana de bicicletas, motos y a pie, llevando consigo todo lo necesario para cocinar para la fiesta. Durante parte de la noche trabajaron con el fin de adelantar el trabajo del día siguiente y para poder así participar con tranquilidad y devoción de la ceremonia de toma de hábito.
En la homilía el Padre destacó el valor que tiene el vestir el hábito religioso, que es testimonio elocuente de la presencia divina, que recuerda a quienes lo llevan que están consagrados a Dios y que su vida está escondida en Cristo Jesús. Ofreció además cuatro consejos útiles para quien se inicia en el camino del seguimiento de Cristo: 1. Quien entra en la vida religiosa debe buscar en primer lugar la santidad; 2. No temer las dificultades, pues estamos con Cristo, y Él es nuestro fundamento; 3. Es necesario aprovechar el tiempo de Noviciado, para llenarse del espíritu del Instituto y así ser fiel instrumento de la Gracia Divina en las almas que Dios nos va a encomendar; 4. El misionero será como fue en su Noviciado; el Noviciado pasa rápido, es tiempo de alegría, es el jardín de cada congregación religiosa y por ello tiene que aprovecharse al máximo.
Concluida la Santa Misa, se dio inicio al tradicional “saludo”, que tiene elementos particulares de esta cultura. Así quienes pasan a saludar a la religiosa, como signo agradecimiento, le dejan sus regalos.
Encomendamos a sus oraciones a Maria Upendo wa Kristu y a los frutos de nuestra misión en Tanzania.
En el Verbo Encarnado y su Madre Santísima.
SSVM en Tanzania