El 19 de enero de 2018,  tuvo lugar en Washington D.C. la 45º Marcha por la Vida con miles de participantes de todo el país. Para nuestra Familia Religiosa, la Marcha es el comienzo perfecto para las Jornadas de los Jóvenes de este año cuyo tema es: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andaráen tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12).

En su homilía, en la Misa celebrada en la Vigilia de la Marcha, el Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, exhortó a los participantes de la marcha a ser “apóstoles de la vida,” armados de amor y alegría “para defender y dar testimonio… para combatir la gran tentación del desaliento,” y “¡para rezar!”

El presidente Donald Trump también expresó palabras de ánimo y apoyo. Lo hizo a través de un video en vivo: “Vienen de muchos orígenes y lugares, pero todos vienen por una causa hermosa, para construir una sociedad donde la vida sea celebrada y protegida y apreciada… porque creen que cada vida es sagrada, que cada niño es un regalo precioso de Dios”.

Que continuemos trabajando, como San Juan Pablo Magno nos apremia en su encíclica Evangelium Vitae, para ”ofrecer a este mundo nuestro nuevos signos de esperanza, trabajando para que aumenten la justicia y la solidaridad y se afiance una nueva cultura de la vida humana, para la edificación de una auténtica civilización de la verdad y del amor” (EV, 6).