Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (SSVM) y IVE misión en Islandia, Jornadas de los jóvenes

Novedades de Stykkishólmur, Islandia

“Hermanos, no se cansen de hacer el bien” (2 Tes. 3,13)

Transmitiendo la Fe Católica a la sombra de un glaciar

Nos ha sido encomendada la tarea de transmitir la enseñanza de los apóstoles desde Stykkishólmur, a los niños de toda la Península Snæfellsnes, ¡esta es la misión más nórdica que tiene la Familia Religiosa del Verbo Encarnado en el mundo entero! Nosotras vivimos en el pueblo más grande de los tres existentes en la península: Stykkishólmur, con una población de 1,100 habitantes. Además del apostolado que hacemos en nuestro pueblo, viajamos a los otros dos pueblos durante la semana para enseñar catecismo a los niños y prepararlos para recibir los Sacramentos. Nos lleva aproximadamente una hora de viaje cuando hay buen clima y una hora más con mal tiempo. Cuando los vientos son muy fuertes o el camino está congelado, directamente lo cierran y por tanto tenemos que cancelar las clases.  Cuando vamos de camino vienen a mi mente a menudo las palabras de Santo Tomás que dice “la gracia en una persona es un don mayor que el bien natural en todo el universo”. Siempre recuerdo esto porque el paisaje de Stykkishólmur a Ólafsvík es posiblemente el más hermoso en el mundo, y uno no puede más que maravillarse frente a la belleza de la creación. Sin embargo, toda esa belleza y bondad no pueden compararse con la bondad de la gracia de Dios en un niño a quien nosotras vamos a enseñar. Algunas veces preparamos sólo un niño para la Confirmación o Primera Comunión, y es entonces cuando el misionero puede estar tentado de pensar “¿todo este viaje solo por un niño?” Pero, durante el largo viaje tenemos la oportunidad de meditar en su valor infinito. Si estas montañas, ríos y cascadas son sólo una sombra de la bondad de todo el universo, ¿cuánto mayor es el bien de la gracia en uno de nuestros niños? El bien de la gracia es mayor que el bien de la naturaleza en TODO el universo, no solo de la naturaleza aquí en la Península Snæfellsnes, sino de todo el universo.

Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (SSVM) y IVE misión en Islandia, Jornadas de los jóvenes

Dar catecismo en estos pueblos también me ha enseñado del amor exquisito del Señor  por cada alma. Siento como que estamos llegando al fin del mundo mientras viajamos por estos lugares. Y es aquí donde el Señor nos envía porque El “…quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.” (1 Tim 2,4). En una parte del viaje llegamos a un lado de un acantilado y normalmente no hay nadie alrededor: ni gente, ni pueblos que puedan divisarse, sólo la creación de Dios. Cuando giramos pasando una cascada, a la distancia se puede ver la villa de Ólafsvík. Este pueblito está situado al pie de un glaciar majestuoso. Es a las almas de los niños de Ólafsvík que el Señor nos envía. Él conoce y ama a cada uno de sus hijos particularmente,  ya sea uno en un millón en una gran ciudad o en una lejana villa pesquera en Islandia. Nosotras, misioneras, somos bendecidas por ser sus instrumentos y trabajar con Él por el bien de estos niños, así pueden crecer en gracia y alcanzar la vida eterna.

Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (SSVM) y IVE misión en Islandia, Jornadas de los jóvenes

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Al principio solíamos dar clases en distintas casas del pueblo, porque no hay Iglesia Católica allí, entonces cambiábamos de casa cada semana. Los distintos grupos nunca se llegaban a conocer, nunca se mezclaban. Esto no nos permitía poder formar un grupo. Los niños no aprendían como era debido, por esto empezamos a averiguar por algún espacio público donde enseñar, sin tener mucha idea qué íbamos a encontrar. Para nuestra sorpresa y alegría, los dos pueblos nos abrieron las puertas de sus edificios públicos y ¡no nos cobraban nada por el uso! Esto es un ejemplo muy concreto de la generosidad y apertura innatas de la cultura de los islandeses. Desde que comenzamos a enseñar allí, vimos que la asistencia a clases mejoró notablemente. Por tanto, los niños reciben una mejor formación. También se han hecho amigos entre ellos, esto ayuda mucho, así no se sienten tan solos en la fe, sino que al contrario, comienzan a entender que la Iglesia es una familia.

Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (SSVM) y IVE misión en Islandia, Jornadas de los jóvenes

Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (SSVM) y IVE misión en Islandia, Jornadas de los jóvenes

Me han contado que este invierno pasado ha sido el más largo y el más duro en los últimos veinte años. Yo sólo he vivido en Islandia por 4 años, por esto no puedo decir lo mismo, pero sí puedo asegurarles que ha sido el más difícil hasta ahora. Hubo seis meses de nieve y tormentas de hielo. ¡Una tormenta tras otra! Tuvimos que cancelar muchas clases de catecismo, más de lo normal, porque los caminos estaban cerrados  por el hielo o porque los vientos eran terriblemente fuertes. No estábamos seguras si los niños habían aprendido lo suficiente para recibir los Sacramentos, así es que hicimos algunas clases vía Skype y otras clases intensivas, retiros, etc. cuando el clima nos lo permitió, y de este modo pudimos compensar la pérdida del año. Por gracia de Dios los niños pudieron preparase bien para participar de la Santa Misa y recibir dignamente la Primera Comunión o la Confirmación.

Jornadas de Jóvenes 2015

La última semana de Mayo, llevamos un grupo de jóvenes islandesas a participar de las 2das jornadas de jóvenes que organizaron las hermanas (SSVM) en Brunssum, Holanda. Asistieron también jóvenes de Holanda, Irlanda, Lituania, Luxemburgo y Bélgica. Nuestras jóvenes aprovecharon cada momento y aportaron al espíritu de alegría festiva. Llegamos unos días antes y visitamos el sur de Holanda. Fuimos primero a Maastricht, donde está la imagen de Nuestra Señora Sterre der Zee (Estrella del Mar). Rezamos en su Basílica, y siguiendo la tradición holandesa, encendimos una vela pidiendo por alguna intención especial. Mientras caminábamos por las calles de la ciudad las jóvenes se interesaban por aprender de la historia y cultura holandesas.

La mañana del día que iba a comenzar la jornada, fuimos a visitar a nuestras hermanas contemplativas en un pueblito vecino, Valkenburg. Era una visita del todo especial para nuestras jóvenes porque una de las hermanas contemplativas había sido misionera en Islandia y conocía a las jóvenes desde que eran niñas.

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Las jornadas comenzaron, las jóvenes participaron con gran entusiasmo en todas las actividades, charlas, talleres, deportes, oración, confesión, Santa Misa… Las charlas eran todas en inglés, pero teníamos pequeños grupos de discusión en islandés. Estábamos muy contentas de ver que ellas entendían casi todo y que buscaban la manera de poner en práctica lo aprendido en sus vidas cotidianas. Cuando terminaron  las jornadas visitamos el norte de Holanda donde aprendimos cómo se hacen los típicos suecos y quesos. También visitamos Ámsterdam, fuimos al palacio del rey, hicimos un paseo en barco por los canales de la ciudad y participamos de la Santa Misa en la famosa Iglesia de San Nicolás. Las jóvenes estaban de muy buen espíritu, aprendiendo cosas nuevas a cada momento y cantando el himno de las jornadas repetidamente. La única queja que las escuché decir fue que las jornadas no fueron suficientemente largas. ¡Ellas querían que hubiese durado una semana entera!

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Un Nuevo Sagrario para el Señor.

En nuestra comunidad en Stykkishólmur se está trabajando en este momento en la remodelación del viejo jardín de infantes y convento, lo cual se transformará en un Centro Espiritual/Hotel, y por esta razón las hermanas nos mudamos a una pequeña casita de madera, al típico estilo islandés, en frente de la Iglesia. Durante la mudanza, recibimos la ayuda y caridad de muchas personas. Entre ellas, el panadero, nuestro amigo, que es también artista y construyó para nosotras un pequeño altar y sagrario para nuestra capillita. Otros amigos nos ayudaron a mover muebles, coser las cortinas, manteles, poner los cuadros, etc…

Los trabajadores que han estado en la construcción ya por dos años también se han convertido en nuestros amigos. Muy generosamente nos ayudaron muchísimo en la mudanza. También fueron muy respetuosos en hacer completo silencio a las 9 de la mañana porque sabían que era la hora de la Misa. La construcción es toda alrededor de la Iglesia y el ruido es muy fuerte cuando están trabajando ahí.

Para agradecer por toda su ayuda quisimos invitarlos a cenar, pero no solo a ellos, sino también a sus familias. Los invitamos dividiéndolos en grupos pequeños, acomodando los días de acuerdo a sus conveniencias. De esta forma ya han sido más de 20 familias las que nos han visitado desde nuestra mudanza. Al comienzo de la visita les mostramos la capilla (todos admiraban el altar hermoso), después compartimos la cena, mostramos un video cortito sobre la familia religiosa (en islandés) y antes de la partida regalamos un Rosario a cada uno. La mayoría de ellos conocían el Rosario porque las hermanas que fundaron la misión en Stykkishólmur, Misioneras Franciscanas de Maria, solían dar un Rosario cuando nacía un nuevo miembro de la familia en el hospital en el que ellas realizaban su misión. Muchas de las familias nos contaron de sus gratos recuerdos de las hermanas y todo el bien que hicieron en el pueblo. Esperamos, con la gracia de Dios, poder seguir sus huellas haciendo mucho bien por la gente en Islandia.

Encomendamos nuestra misión a vuestras oraciones.

En Jesus y María,

Hna. Maria Porta Coeli

Misionera en Islandia

El artículo es de Misiones IVE