Queremos formar a los miembros del Instituto en una gran madurez humana y cristiana para que alcancen la medida de la plenitud de Cristo.[1]
Esta preparación requiere la formación de personalidades equilibradas, sólidas y libres.
La formación intelectual de la religiosa se plantea como algo urgente frente a la nueva evangelización y a los planteamientos modernos[2].
Gran importancia tiene en la formación intelectual, el estudio de la filosofía, dada la situación del todo particular que exalta el subjetivismo como criterio y medida de la verdad[3].
[1] Ef 4,13.
[2] Cf. SSVM Constituciones 559.
[3] Cf. SSVM Constituciones 560.