Queridos Todos:
Queremos comunicarles el fallecimiento de dos de nuestras queridas hermanas: Hna. Maria de July Quispe Guzmán, SSVM y Hna. María de Betharram, SSVM.
El sábado 16 de noviembre a las 17 hs. en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, ha fallecido la hermana María de July Quispe Guzmán, de nacionalidad peruana.
Debido a reiterados problemas de hígado el martes 12 de noviembre había sufrido una operación que no presentaba aparentemente grandes riesgos. Pero repentinamente su salud se agravó y después de cuatro días de terapia intensiva acompañada por las Madres Virgen Azul, María del Nazareno, de su mamá y hermana venidas desde Perú y asistida por un sacerdote del IVE, entregó su alma a Dios.
La encomendamos a la Santísima Virgen y a San José y pedimos por el consuelo de
su familia, El jueves 21 de noviembre a las 19.39 de la tarde (hora italiana), falleció en el Monasterio “Beata María Gabriela de la Unidad” nuestra querida hermana María de Betharram.
Las circunstancias que rodearon su muerte nos dan un gran consuelo, al mismo tiempo que nos hacen dar gracias a Dios por su infinita misericordia, pues nos muestra de qué modo cuida de sus esposas fieles hasta el último aliento de su vida.
Precisamente su muerte aconteció en un día de la Virgen ya que hoy, 21 de noviembre, celebramos la Presentación de María Santísima al Templo, día en que la Iglesia reza de modo especial por las religiosas contemplativas. Esta mañana el P. Jon, hermano de Betharram, le celebró la Santa Misa en su habitación, con la compañía de toda la comunidad y de su hermana Carmen que había llegado hace pocos días de Argentina. En la Santa Misa, la hermana Betharram recibió la Sagrada Comunión por última vez. En la tarde el P. Pablo Scaloni, capellán de la comunidad, celebró una segunda Misa en la habitación estando presente nuevamente toda la comunidad. Al terminar la Santa Misa se rezó la Coronilla de la Divina Misericordia. Luego el P. Jon rezó las letanías de los Santos, la recomendación del alma y parte del Cantar de los Cantares. Seguidamente todos rezaron el Santo Rosario, al término del cual pasaron todas las hermanas de la comunidad, una por una, a despedirse de ella. Parecía estar esperando que todas se despidiesen. También lo hicieron el P. Jon y su hermana Carmen por cada uno de los miembros de su familia. Se rezaron dos Coronillas más y mientras todos los presentes estaban rezando la última Coronilla, nuestra hermana partió al encuentro con el Divino Esposo.
La noche anterior me había mandado un audio de despedida en donde mostraba su profundo agradecimiento hacia el Instituto, reconociendo con mucha humildad todos los beneficios recibidos por la Bondad divina y también pidiendo perdón por sus miserias. Dios nos concedió la gracia de beneficiarnos de sus ejemplos y de sus incontables sacrificios a lo largo de una vida religiosa completamente crucificada, pues desde el noviciado, cuando sufrió un grave accidente automovilístico, ella había quedado invalida. Vivió siempre entregada a la voluntad de Dios, siendo una Servidora digna de imitar.
Pedimos oraciones y Misas por su eterno descanso y por el consuelo de sus seres queridos.
En Cristo y María Santísima,
M. María Corredentora