Sabemos que Dios se manifiesta de muchos modos a las almas: nos habla a través de las Sagradas Escrituras, está presente en la Sagrada Eucaristía, en las almas en gracia; y nos habla a través de diversos modos, de las circunstancias que nos toca vivir, a través de las necesidades de nuestros hermanos.
Un marco propicio para este encuentro con Dios nos lo brindan también los días de retiro espiritual, donde a través de la meditación de la palabra de Dios, del silencio y de la oración Dios nos muestra cuál es su voluntad sobre nosotros.
Una vez por mes estamos realizando esta experiencia con los fieles de la Catedral Niño Jesús, de Alepo. La acogida de esta propuesta por parte de los fieles ha sido muy fructífera. Un don de Dios han sido también las confesiones que han concretado prácticamente todas las personas que participan de los retiros.
Uno de los participantes manifestaba: “especialmente en las circunstancias difíciles que vivimos aquí desde hace unos años, necesitamos este respiro; este dejar nuestras preocupaciones diarias para dedicarle un día a Dios solo, para fortalecernos en la fe y para renovar nuestra vida cristiana”. Y otra persona: “cuando entramos en la Iglesia respiramos, descansamos… Por un tiempo nos olvidamos de la guerra, de que no hay electricidad, de que no tenemos agua… solo pensamos en Dios”.
Madre M. de Nazaret